Los Farallones de Tecsecocha se encuentran aproximadamente a medio kilómetro del centro poblado del mismo nombre, en el distrito de Ccorca, Cusco. Están situados a una altitud de 3,600 metros sobre el nivel del mar.
Los Farallones de Tecsecocha en Cusco tienen alturas que varían entre los 35 metros y los 85 metros. Al subir a las crestas de los farallones, se puede disfrutar de una hermosa vista panorámica de las montañas y todo el valle de Ccorca. La catarata que se encuentra en esta área mide aproximadamente 50 metros de altura.
Según los estudios realizados principalmente en el siglo XX, se ha determinado que este lugar tenía una ocupación humana desde hace miles de años, cuando el hombre andino aún era cazador, hace aproximadamente 8 mil años. Esto se confirma gracias a la presencia de pinturas rupestres que representan auquénidos andinos, como la llama. Durante el periodo inca, desde 1100 DC hasta 1534 DC, este lugar se utilizó como un sitio de descanso o cementerio para importantes caciques o curacas indígenas. Incluso hoy en día, aún se pueden encontrar restos óseos que confirman este hecho. Estos restos óseos suelen estar acompañados de ofrendas como flores, cerveza, hojas de coca, etc., que son realizadas por muchos habitantes locales y visitantes.
Las pinturas rupestres de Tecsecocha tienen una antigüedad de hasta dos mil años. Representan llamas, posiblemente el animal que constituía la fuente de alimento para los primeros habitantes cazadores del Cusco. Estas pinturas se encuentran a tan solo 15 minutos a pie del pueblo de Ccorca y se conservan en buen estado.
En las inmediaciones del lugar, se hallan los restos de un importante cementerio inca. Los incas solían enterrar a sus muertos en agujeros en las rocas, junto con sus objetos personales más preciados. El asentamiento inca en esta zona data aproximadamente del 1,100 D.C. al 1534 D.C., cuando los españoles llegaron y saquearon el cementerio. A pesar de ello, hoy en día numerosos visitantes continúan acudiendo para dejar ofrendas como hojas de coca, cerveza, entre otros.
La presencia de este cementerio, junto con un tramo de los caminos incas, indica que este sitio fue un punto de importancia dentro del vasto imperio inca.