En la actualidad, conocida como la Catedral del Cusco, se erige lo que antaño fuera el templo Inca conocido como Kiswarkancha, situado en la plaza principal de Cusco. Este templo fue erigido en honor a las deidades adoradas por el pueblo Inca, entre las cuales se encontraban el dios Sol, la diosa de la luna, las estrellas y el arco iris. Su construcción se distinguió por el uso de grandes bloques de piedra finamente tallados, ensamblados sin mortero y ajustados entre sí con precisión, un estilo característico de la arquitectura Inca. El templo, adornado con opulentos ornamentos de oro y plata, ostentaba un carácter sagrado para los Incas.
Sin embargo, en el siglo XVI, la llegada de los españoles a Cusco marcó el inicio de la destrucción de gran parte del templo. En su lugar, utilizaron las ruinas como cimiento para la construcción de la catedral. Este acto ha sido interpretado por muchos historiadores como el triunfo de una religión sobre otra, dando origen a la actual Catedral del Cusco.
Tras años de arduo trabajo de evangelización, la diócesis de Cusco fue elevada al rango de Arquidiócesis, y fray Vicente de Valverde, de la orden de Santo Domingo, fue designado como su primer obispo. De esta manera, se convirtió en el primer obispo tanto de Cusco como de Sudamérica.
Fray Vicente de Valverde fue reconocido posteriormente como defensor de los indígenas, ya que se quejó ante el emperador Carlos V mediante cartas sobre los abusos perpetrados por los españoles. En estas cartas, expresó su consternación por los crímenes y abusos cometidos contra los indígenas.
El Arzobispado de Cusco ejercía su influencia religiosa desde el sur de Colombia hasta Tierra del Fuego, en Chile y Argentina, estando sujeta a la jurisdicción del obispado de Sevilla en España.
La Iglesia de la Sagrada Familia, también conocida como la “Iglesia de Jesús, María y José”, fue construida entre 1723 y 1735. Inicialmente, el terreno donde se erige fue utilizado como el primer cementerio de la ciudad.
Por otro lado, la Iglesia del Triunfo, considerada la primera iglesia del Cusco, fue el lugar donde se celebró la primera misa a cargo de Fray Vicente de Valverde. Construida en los cimientos del palacio de Wiracocha en 1539, en la actualidad alberga en su cripta los restos de Inca Garcilaso de la Vega.
La majestuosa Catedral de Cusco no solo impresiona por su imponente arquitectura, con sus cúpulas, columnas y campanarios, sino que también cautiva con su riqueza artística en cada detalle. En sus recintos, se encuentran obras de destacados artistas como Bernardo Bitti, lienzos de la reconocida Escuela Cusqueña, representada magistralmente por Diego Quispe Tito, y la icónica obra de Marcos Zapata, quien inusualmente retrató en su “Última Cena” un cuy como plato principal, un símbolo auténtico de la región.
En su interior, se deslumbran obras de orfebrería de incomparable belleza y opulencia, como el altar mayor, una impresionante obra de plata pura con un peso que supera los 1200 kilos.
El coro de la Catedral es una verdadera joya de ebanistería, con tallas meticulosas en cedro que representan a santos y santas, acompañadas por una sillería igualmente magnífica.
Gran parte del arte que adorna la Catedral de Cusco fue importado de Europa o donado por influyentes familias de la época, como muestra de su devoción hacia la Iglesia Católica y sus santos.