Según la leyenda andina, Cuca era una mujer tan hermosa que nadie en el reino podía resistirse a su belleza. Sabedora de su poder, a lo largo de su vida Kuka se aprovechó de los hombres que caían rendidos ante sus encantos, hasta que la fama de sus malas acciones llegó a oídos del Inca, quien ordenó sacrificarla y enterrarla después de partirla en dos. Allí donde «sembraron» su cuerpo nació una planta de propiedades excepcionales, que otorgaba fuerza y vigor a los hombres y mitigaba sus penas. De nombre le pusieron coca, en honor a la bella joven.
Los incas consideraban la coca una planta sagrada, masticándola o quemándola como ofrenda a los dioses y en sacrificios humanos y animales. Se gastaba en cantidades ingentes durante las grandes ceremonias en Cuzco, la capital del Imperio, y formaba parte de los ajuares funerarios que acompañaban a los muertos en su viaje al Más Allá. También se le atribuían propiedades mágicas.
Cristóbal de Molina, un sacerdote español que vivió en Cusco alrededor de 1565 y conocía la cultura inca, explicó en su relato que los incas soplaban la coca en dirección al Sol –principal deidad inca– y a los otros dioses para curar a los enfermos. Había especialistas dedicados a leer los augurios a través de las hojas, puesto que también se le otorgaba poderes adivinatorios.
Los incas desarrollaron un complejo sistema de cultivo y procesado de la hoja de coca. Primero tenían que crear campos de cultivo en regiones húmedas y calientes, las más propicias para el crecimiento de la planta. Las hojas se recolectaban cuando se podían romper al doblarlas, y a continuación se disponían en finas capas que se dejaban secar a sol y sombra. Todo el proceso requería un especial cuidado pues los incas desechaban cualquier hoja imperfecta, ya fuera por roturas o por manchas de color. Las hojas son muy frágiles y el secado puede alterar fácilmente su superficie, lo que demandaba un meticuloso trabajo para conseguir que las hojas mantuvieran su aspecto plano y monocolor. Pese a ello, gran parte de la cosecha se estropeaba a lo largo del proceso.
Todas estas circunstancias convirtieron la hoja de coca en un producto de lujo, hasta el punto de que se utilizó como medio de pago, al modo del oro y la plata. Así, a los funcionarios y señores regionales o locales se los recompensaba por los servicios prestados al Imperio con metales preciosos, textiles finos –como el cumbi– y cestos de coca. El Sapa Inca –el inca único, el rey– premiaba los actos de fidelidad repartiendo cestos de coca, por ejemplo a modo de botín de guerra entre los soldados que celebraban en una fiesta la victoria en una batalla. De entre todos los bienes de prestigio incaicos la coca era el más valorado. El Inca Garcilaso de la Vega escribió que «por ella [los incas] posponen el oro y la plata y las piedras preciosas»; una preferencia que sin duda se explica por los beneficios sustanciales para el organismo que aportaba la coca.
La coca es una planta que contiene muchos nutrientes, aceites esenciales y diversas sustancias que tienen más o menos propiedades medicinales, una de las cuales es el alcaloide cocaína, que es esencialmente un estimulante y un estimulante mortal. Durante años, la gente de la región de los Andes masticaba hojas de coca y las bebía como té. Es una actividad sin preocupaciones y buena para la salud de las personas.
Masticadas, las hojas de coca actúan como estimulante, ayudan a combatir el hambre, la sed, el dolor y la fatiga. También ayuda a tratar la presión arterial alta. Cada día, millones de personas en los Andes mastican hojas de coca y beben té sin problemas. Por supuesto, la gente de su cultura considera que esto es un acto sagrado. El té de coca también se utiliza fuera de la región de los Andes.
La hoja de coca que también sirve para combatir el mal de altura, conocido como mal de montaña o soroche. ¿Pero qué enfermedad es esta? Según el Diccionario de la Universidad de Oxford, el mal de altura es causado por la falta de aire o el aire enrarecido. Los mareos, la anemia, el dolor de cabeza, las náuseas o la dificultad para respirar pueden dificultar el funcionamiento normal.
Esta hoja se hizo tan popular que ahora podemos encontrarla en diferentes presentaciones como la harina de coca, caramelos, panetón, chocotejas y mucho mas.